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Pediatría integral Dr.
Alberto Medina Chanona
La llegada del bebé.
¡ Por
fin….!, después de 9 meses de espera, (y molestias sobre todo para la mamá),
la familia se prepara para recibir un nuevo miembro. Aceptemos que no es lo
mismo que sea el primer bebé, o el segundo, o el sexto. Las mejores
experiencias y sobresaltos se viven con la llegada del primer bebé, simple y
sencillamente, la dinámica familiar se trastorna completamente. En el
caso de la pareja que tendrá su primer hijo, y que además será el primer
miembro de una nueva generación para las familias de los dos, la situación
puede ser caótica; las futuras abuelas andan “locas” y aconsejando todo, los
futuros abuelos tratan de hacerse los desentendidos (sin perder detalle de
lo que sucede) y tratando de aceptar el que al ser abuelos pasarán a otro
rango social. (¿Se han fijado como cambia en su conducta el ser humano al
convertirse en abuelo o abuela?).
Dejemos
de lado, por el momento, la situación de las familias, ya que a fin de
cuentas, la responsabilidad y experiencias nuevas serán para la pareja
(futuros papás), quienes no tienen la menor idea de lo que les espera.
Durante el embarazo, y aún con la información que para bien o para mal
reciben de la familia, los amigos con hijos, y por los medios de
comunicación; los futuros padres forman en su mente, idealísticamente, lo
que será su vida al llegar el bebé y lo que será de ese bebé. La mamá tiene
una idea del aspecto que tendrá (igualito a los bebés Gerber), el papá lo
considera el sucesor nato del mejor jugador de la selección nacional, o el
futuro salvador de la humanidad (en la profesión que el ejerce, obviamente),
aunque cabría y convendría considerar que puede ser niña. Aún no se han dado
cuenta, porque “nadie aprende en cabeza ajena”, de que se acabaron las
levantadas tarde, las salidas al cine o las idas a cenar, o los viajes de
descanso o reventones (según gustos) de fin de semana, o las reuniones con
los amigos (que aún no tienen hijos) para divertirse, comentar la situación
actual y tratar de componer el mundo. No saben que todo eso cambiará por que
a partir de que nazca el bebe, el mundo girará alrededor de el (lo peor, ¿ o
mejor ?, de todo es que el bebé exigirá que así sea). Todo ello cambiará por
desveladas para alimentar, vigilar o consolar al bebé, intercambio de
información con los amigos olvidados (que ya tienen hijos) sobre los mejores
pañales o biberones, y la competencia social por que nuestro bebé sea el
mas grande, el mas fuerte y el mas inteligente. 
Por
cierto, la valoración (no calificación) de Apgar que se realiza al minuto y
a los cinco minutos de que nació el bebé, sirve para que el pediatra tenga
una referencia sobre el estado del bebé y de las maniobras de reanimación
que pueda necesitar en ese momento, NO refleja ni califica la labor del
médico obstetra o del anestesiólogo, ni predice el grado de inteligencia del
bebé; algunos papás se molestan por que su bebé obtuvo una valoración menor
a 8, como si fuera de escuela, y la utilizan, erróneamente, para considerar
mejor o peor a un bebé, socialmente hablando.

¡ En
fin….! Ya paso todo ello; el embarazo, los momentos de las carreras hacia el
hospital, el parto o la cesárea, las visitas de TODOS los familiares al
hospital sin dejar descansar a la mamá, las comparaciones familiares de a
quién se parece el bebé (“es igualito al tío Carlos”, del que nadie se
acuerda) concluyendo que el bebé no tiene nada de el y está compuesto por
varias partes de otros, todo es prestado de algún familiar; los ojos del
papá, la barbilla de la mamá, las manos del abuelo (paterno y materno según
quién lo diga) etc., y hasta los gestos son de alguien, menos del bebé.
Habiendo desembolsado una cierta cantidad para cubrir los gastos del
hospital y médicos interesados en el asunto, (el kilo de carne de niño es de
los más caros, y mientras menos pese más caro es) se les entrega a los
flamantes padres el fruto de su amor , esperando que se haya dado el
equipamiento previo para recibir al bebé en casa; pañales, biberones,
chambritas y mamelucos en tal cantidad que los heredará nuevos a los
siguientes hermanos, además de otros enseres (¿para que puede necesitar un
bebé una bicicleta o una casa de Barby?), con la consigna de que mientras
permaneció el bebé en el hospital estuvo y se porto muy bien.
Pero, ¡
momento ….! ¿Dónde está el manual operativo del bebé ?, ¿Que se va a hacer
con el en casa ?, ¿ Como saber que quiere o que le pasa ?.
Desafortunadamente, aún con la asesoría de las abuelas, vecinas, amigas,
cursos psicoprofiláctico y de orientación para ser padres, libros y
revistas, NO ha quedado claro que hay que hacer o como hay que hacerle con
el bebé. Los seres humanos hemos perdido el instinto para hacernos cargo de
nuestros cachorros, simple y llanamente por que somos muy sofisticados y
complejos, en todos aspectos. La asesoría que ha recibido la mamá por todos
los medios mencionados, generaliza el trato y manejo de los bebés, siendo
que cada bebé es único y especial, pudiendo aplicarse algunos aspectos de la
información que se recibe, pero encontraremos que cada bebé tiene actitudes,
necesidades y funcionamiento orgánico muy particulares, el bebé desde que
nace ya posee un carácter (enojón, chillón, demandante, tranquilo, alegre,
serio, etc.) al igual que los adultos, y ese carácter es heredado de los
padres.
Esta
amplia introducción no tiene el objeto de atemorizar a nadie, con respecto a
lo que les espera cuando llega el bebé a casa, tratemos de dar objetividad
al hecho de que nadie esta preparado óptimamente para ser madre o padre, se
forman sobre la marcha aplicando diferentes modelos, principalmente
familiares. Los papás (hombres) en esta primer etapa del recién nacido,
pasan a segundo plano, ya que, en la mayoría de los casos, delegan la
atención y cuidados del bebé en las mamás, considerando que biológicamente y
socialmente ellas están más preparadas por serles “natural” a su género.
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Los
aspectos del cuidado del recién nacido que se mencionarán mas adelante,
deben ser entendidos como medidas generales que pueden y deben ser
consultadas con su pediatra, pudiendo darse en ocasiones elementos
contradictorios a lo indicado por el, ya que existen diferentes criterios
para el manejo y cuidado de los bebés. Por eso, y para eso, existen los
pediatras, especialistas en tranquilizar a los papás y en atender niños
también, aplicando los conocimientos a las situaciones especiales de cada
paciente/bebé.
En forma
muy concreta, el bebé al salir del hospital necesitará en casa amor y
atención, esta última a través de su alimentación (al seno materno o con
formula lácteas), de su aseo (pipí, popó, cambio de pañales y baño),
cuidados higiénicos especiales (el cordón umbilical, los granitos en la
piel, las rozaduras), descanso por medio del sueño, estimulación
psiconeurológica con juegos y amor, y detección y manejo de situaciones
comunes como el cólico, el estreñimiento, las flemas, etcétera.
Dr.
Alberto Medina Chanona.
Pediatría
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